Bienvenidos de nuevo al colegio

Parece que fue ayer cuando acababa el curso, un curso diferente a todos, un curso en el que por las circunstancias terminamos de forma on line, sin abrazos, pero sintiéndonos todos cerca. Hemos tenido por delante dos meses de vacaciones para relajarnos y seguir disfrutando con nuestros seres queridos. Y efectivamente fue ayer… Hoy, con todos esos recuerdos todavía presentes en nuestra cabeza, damos comienzo a un nuevo curso en el que Desde el departamento de Pastoral, queremos dar gracias a Dios por estar de nuevo aquí.

Como sabéis, este colegio no es como los demás, aquí trabajamos de una forma especial, siguiendo el carisma basado en el Evangelio, que nuestros fundadores Santa Luisa y San Vicente, nos dejaron y que desde cada uno de nuestros colegios queremos transmitir a todos los miembros de la comunidad educativa. 

Este año vamos a profundizar en el valor de la responsabilidad, bajo el lema: Asume tu responsabilidad. Alrededor de este tema, el Equipo de Pastoral, ha considerado que los puntos más destacables a tratar este curso sean:

Diseñar itinerarios formativos para cada sector de la Comunidad Educativa, con una clara identidad vicenciana. (1.3.)

En respuesta a la necesidad de hacer que la Evangelización sea una prioridad para cada centro de la Provincia de España-Sur.

Celebrar la fe y orar con el Claustro y toda la Comunidad Educativa. (2.3.)

En respuesta al impulso hacia toda la comunidad educativa la misión evangelizadora de la Escuela Vicenciana.

Incluir JMV como parte de la Evangelización Educativa de los Centros, desarrollando acciones evangelizadoras comunes entre Colegio y JMV. (3.3.)

En respuesta a la asunción de la Asociación Juventudes Marianas Vicencianas como parte de la vida de los centros educativos. 

Profundizar en la experiencia del carisma vicenciano. (4.2.)

En respuesta a la creación de comunidades educativas de fe que sean garantías del espíritu vicenciano… Comunidades de vida y acción en la misión compartida. 

Impulsar la dimensión misionera y solidaria en la Comunidad Educativa. (5.2. y 5.3.)

En respuesta al desarrollo de una conciencia social capaz de reaccionar de forma afectiva y efectiva frente a las pobrezas.

Educar en la responsabilidad es ayudar a la persona a alcanzar la capacidad de ser independiente, de valerse por sí misma, de tomar decisiones, de hacer uso de la libertad desde el conocimiento de sus posibilidades, y esto no se improvisa: es un proceso, que se inicia en la familia y tiene su continuidad en la escuela y otros ambientes sociales.  

La responsabilidad es la capacidad de asumir las consecuencias de las acciones y decisiones buscando el bien propio junto al de los demás. 

Los niños deben aprender a aceptar las consecuencias de lo que hacen, piensan o deciden. Nadie nace responsable. La responsabilidad se va adquiriendo, por imitación del adulto y por la aprobación social, que le sirve de refuerzo. 

El niño siente satisfacción cuando actúa responsablemente y recibe aprobación social, que a su vez favorece su autoestima. Educar en la responsabilidad no es tarea fácil. Se consigue solo mediante el esfuerzo diario de padres y educadores, pero la recompensa es grande: educar adultos responsables. 

 La responsabilidad como valor social está ligada al compromiso. La responsabilidad garantiza el cumplimiento de los compromisos adquiridos y genera confianza y tranquilidad entre las personas. Toda responsabilidad está estrechamente unida a la obligación y al deber. Ambos conceptos constituyen la materia prima de la responsabilidad. 

Como educadores estamos llamados a educar en la responsabilidad a través de la transmisión de una serie de valores como la empatía (el ser capaz de ponerse en el lugar del otro); la compasión (la sensibilidad necesaria para el cuidado de lo humano y de la casa común); la motivación para iniciar la acción y la transformación hacia un mundo más justo; y la RESPONSABILIDAD ante sus decisiones y comportamientos.